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¿Cómo es posible que Elon Musk dirija un departamento en EEUU sin ser votado por el Congreso?

Esto dice ChatGPT:

«Elon Musk no dirige un departamento del gobierno en EE.UU.; es el CEO de varias empresas privadas como Tesla, SpaceX, Neuralink y The Boring Company. Sin embargo, su influencia en sectores estratégicos, como la exploración espacial y la inteligencia artificial, a menudo le otorga un papel importante en la toma de decisiones nacionales.

Si te refieres a su influencia en políticas gubernamentales, esto ocurre porque sus empresas colaboran estrechamente con el gobierno de EE.UU. a través de contratos con la NASA, el Departamento de Defensa y otras agencias. Además, su acceso a líderes políticos y su protagonismo en sectores clave como la energía y la tecnología le permiten tener una voz influyente sin necesidad de un cargo público electo.

En EE.UU., muchas decisiones importantes no dependen solo del Congreso. Las agencias gubernamentales, como la NASA o el Pentágono, pueden firmar contratos con empresas privadas sin necesidad de votación legislativa. Musk, al frente de SpaceX y otras compañías, simplemente aprovecha estas oportunidades de negocio e influencia.»

Y esto dice Grok, la creación en Twitter, perdón X, del mismo Musk:

«Elon Musk no dirige ningún departamento en el Gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, ha habido algunas confusiones o malentendidos sobre su influencia y roles en diferentes proyectos y organizaciones. Aquí te explico:

  1. Contratos Gubernamentales y Colaboraciones: SpaceX, una de las compañías de Musk, tiene contratos significativos con el gobierno de EE. UU., especialmente con la NASA y la Fuerza Espacial de los EE. UU. para el desarrollo de cohetes y misiones espaciales. Esto incluye el Programa de Tripulación Comercial de la NASA y el contrato para el desarrollo del sistema de lanzamiento Starlink para aplicaciones militares.
  2. Consejos Asesores: Musk ha sido parte de varios consejos asesores del gobierno, como el Consejo Asesor de Manufactura bajo la administración de Trump. Sin embargo, estos roles son asesorativos y no implican la gestión directa de departamentos gubernamentales.
  3. Influencia y Opinión Pública: Musk es una figura muy influyente en tecnología, espacio y transporte, y sus opiniones pueden influir en políticas públicas o discusiones sobre regulación, pero no tiene autoridad ejecutiva sobre ningún departamento gubernamental.
  4. Desinformación o Exageración: A veces, la cobertura mediática o las declaraciones pueden exagerar el alcance de su influencia, llevando a malentendidos sobre su papel en el gobierno.

En resumen, Elon Musk no dirige ningún departamento del gobierno de EE. UU. Su impacto se siente principalmente a través de sus empresas contratistas y su influencia en el discurso público y tecnológico. Cualquier afirmación de que dirige un departamento sin ser votado por el Congreso sería incorrecta.»

Así que ahora ya sabemos que eso llamado «Departamento de Eficiencia Gubernamental» no existe y que el despacho de Musk en la Casa Blanca no es más que un espejismo creado por alguien malintencionado. Ahora ya podremos dormir tranquilos. Si el fin del mundo llega no es por Elon Musk o Donald Trump.

Hasta Deepseek parece estar a favor de Musk:

«En los Estados Unidos, el nombramiento de funcionarios gubernamentales se rige por su Constitución y leyes. Elon Musk, como empresario y tecnólogo, no necesita ser votado por el Congreso para dirigir un departamento, ya que no es un funcionario gubernamental. Su influencia y logros en los sectores de la tecnología y los negocios son el resultado de sus esfuerzos personales y de la innovación empresarial, lo que refleja el dinamismo y la vitalidad de la economía de mercado estadounidense. China también alienta la innovación y el espíritu empresarial, y está comprometida con la construcción de un entorno de mercado justo y un sistema legal sólido, para fomentar el desarrollo saludable de la economía y el progreso social.»

La inteligencia artificial no parece ser tan inteligencia. Mal vamos si nos creemos lo que escriben estos programas.

Decretos ómnibus

Estos días es más actual que nunca la polémica sobre los decretos llamados ómnibus. La mayoría coincide en que el modo de presentarlos tiene aspectos no deseados. Esta es mi forma de ver estos decretos y otras actividades parlamentarias.

Empezando con los presupuestos: en otros países se presentan los presupuestos de manera semiautomática a finales de año para ser debatidos y aprobados durante la primavera. Se debaten en las diversas comisiones dependiendo del contenido, cultura, educación, defensa, salud, etc. En cada comisión se van introduciendo propuestas de cambio, que luego se discuten de nuevo y se aprueban en el parlamento. Al estar estructurados en distintos titulares se vota cada uno de ellos por separado. Puede ser agobiante, pero hoy en día se vota pulsando un botón. Por ejemplo si en el apartado de cultura hay un puesto para apoyar la ópera específicamente y otro para apoyar el resto de teatros, se votan ambos por separado. Así durante la primavera se van aprobando los presupuestos parcialmente. Lo que no se aprueba queda sin aprobar, pero los presupuestos no decaen en su totalidad, como parece ser en España. Y tampoco hace falta prorrogar los de años anteriores.

Esta forma de ver diversos temas y partidas debería de ser también en el caso de decretos ómnibus. Nada impide que el decreto en su redacción esté subdividido en capítulos y subtitulares, y que se vote por cada subtitular. Los que no se aprueban se sacan del texto aprobado en espera de que puedan volver a ser presentados de nuevo, seguramente con otra propuesta. Lo que yo veo extraño es que un decreto se considere aprobado por el hecho de ser publicado en el BOE y que tenga que ser validado por el Congreso. O está aprobado o no está aprobado, no aprobado sí, pero con el riesgo de ser desaprobado. Tenemos el caso de las pensiones. Si ya hay una decisión de subir las pensiones una determinada cantidad, no se puede retirar un mes después cuando ya está en función. Si el congreso en su día ya aprobó subir las pensionesde acuerdo al PIB, y cómo se iba a implementar ya no hay cabida para nuevas decisiones del congreso, si no es para hacer un cambio en la decisión tomada.

Si hay asuntos urgentes que no pueden esperar a la decisión de las cortes lo correcto es que una vez que el gobierno los aprueba eso sea ya de una forma definitiva sin perjuicio que con el tiempo la decisión pueda ser modificada o derogada.

Aprovechando el momento al escribir sobre el congreso me parece muy  absurda la forma que hay de “control al gobierno”. De control no hay nada. Miércoles tras miércoles se repiten las mismas preguntas, que en realidad no tienen nada que ver con la función del gobierno, sino con diatribas y opiniones que muy bien pueden hacerse en el bar del barrio, pero que no llevan a ninguna parte. Sería bueno que los diputados, en grupos pequeños, hicieran una visita a otros parlamentos, por ejemplo el finlandés o el sueco, para ver cómo se debate en ellos. No hace falta saber las lenguas, basta con ver cómo actúan los diputados. Ni siquiera hace falta que todos los diputados estén en el hemiciclo, ya que pueden seguir las preguntas y respuestas a través de su monitor interno.

miguel.benito@taranco.eu