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Dos asuntos de actualidad

La nómina disponible antes de tiempo

Leo en el suplemento Negocios de El País del 23 de abril un artículo titulado “La nómina disponible antes de tiempo”. En sí una buena idea, pero que no debería hacer falta. Porque en realidad no es “antes de tiempo”, ya que sería el pago por un tiempo ya trabajado. Nada impide que las empresas puedan tener una forma de pago de por ejemplo dos veces al mes para todos los empleados, y no solo para quienes lo pidan por necesidad perentoria.
Otra cosa, que todavía estar sin solucionar es que el empleador, por ley, hace una retención de parte del salario para luego entregarlo en lo que eufemísticamente se llama “paga extra” cuando no es más que una paga en diferido. Lo que me explican, cuando cuestiono la forma, es que los trabajadores no son capaces de ahorrar por cuenta propia y necesitan la ayuda del estado o la empresa para hacerlo. Pero ¿no serían mejor 12 pagas en vez de 14 y tener disponible a fin de mes una cantidad superior? Todos hablan de no llegar a fin de mes, pero aceptan que les retengan un 18-20% del salario.

La paga extra tuvo sentido la primera vez en diciembre de 1944 cuando el ministro José Antonio Girón la promulgó como “extra” por la Natividad del Señor, y la de julio a partir de 1947, por la celebración del alzamiento militar de Franco. A partir de ahí los siguientes años dejó de ser extra, ya que era parte del salario ganado.
Sigo sin entender que se quiera conservar una mala práctica del franquismo en la creencia de que sí es una paga extra caída del cielo, que nadie quiere perderse. Reduciendo las pagas a 12 no se cobra menos, se cobra lo mismo en total, pero antes, sin esperar cinco o seis meses. Justo lo que los emprendedores mencionados en El País quieren hacer de otra forma, que además crea una innecesaria dependencia del sistema.

Si hace falta cambiar la ley, para eso está el Congreso y el Senado. Si no quieren cambiarla al menos deberían cambiar la nominación y llamarlas «pagas en diferido».

Corte y pega de los códigos de barras en las farmacias

He leído que los pacientes de la privada ya no necesitan ellos mismos ir con la receta a las farmacias para recoger sus medicinas, sino que las recetas se envían directamente digital a las farmacias, como ha sido el caso en la sanidad pública. Una buena noticia, que ahorra papel entre otras cosas.

Hace tiempo que estoy pensando en por qué en las farmacias cortan los códigos de barras de los envases de los medicamentos, y luego aplican este código con la ayuda de celofán en una hoja de papel, en muchos casos para un solo medicamento, en otros para dos o tres medicamentos, esto es, un papel por persona.
Luego se envían estas hojas a un centro donde se procesa la información, que luego va a la consejería de sanidad para hacer los pagos respectivos a cada farmacia.

Me parece un sistema muy primitivo, quizás válido a mitad del siglo XX cuando no había cajeros digitalizados. Hoy en día toda la información está registrada a través del cajero. ¿Quizás es para que un medicamento no se pueda devolver y recabar el precio total, que no se ha pagado si uno tiene derecho a una reducción o incluso es gratis? Pero para evitar eso debería haber otra forma de actuar, por ejemplo maculando el código de barras con un sello o una cruz, sin necesidad de hacer lo que se hace hoy, usar un cortador de papel, con riesgo a cortarse en la mano si uno se descuida, y sin necesidad de usar una cantidad ingente de papel que luego no sirve para nada. El ahorro sería considerable, no solo en papel, sino también en tiempo por parte de los farmacéuticos, que lo podían usar para otros servicios a los pacientes.

No me imagino que los farmacéuticos hayan estudiado una carrera para usar parte de su tiempo fijando el código de barras en una hoja de papel.
Hace tiempo que pregunté a una consejería de sanidad regional el motivo de este sistema, sin recibir respuesta. Los farmacéuticos tampoco saben el porqué, salvo que es hoy en día la única forma para ellos de cobrar las subvenciones que las autonomías dan por los medicamentos que los pacientes compramos.

Miguel Benito, miguel.benito@taranco.eu

Financiación

Según Wikipedia «La financiación, o financiamiento, es el acto de dotar de dinero y de crédito a una empresa, organización o individuo, es decir, esta es la contribución de dinero que se requiere para comenzar o concretar un proyecto, negocio o actividad. Generalmente las maneras más comunes de obtener la financiación son a través de préstamos o de créditos. »

Sin embargo, cuando yo voy a un centro comercial la única definición que veo sobre «financiación» se refiere a que el centro comercial se ofrece a «prestarme dinero» para el pago de la compra.

Préstamos para consumo de bienes que tienen una cierta vida se pueden entender, ya que el disfrute de ese bien se prolonga en el tiempo. Frigoríficos, ordenadores, coches, pueden durar 10 años o más y es lógico poder repartir los pagos si uno en ese momento carece de la cantidad de dinero suficiente.

Pero el préstamo para consumo de productos diarios,  semanales o mensuales no tiene sentido. SI uno es pobre, al final sigue siendo más pobre, ya que, queramos o no, el préstamo se paga al mismo ritmo que las compras, pero a un precio superior. La oferta más generalizada es que puedes dividir los gastos en 10 o 12 mensualidades. Bien, el problema es que cada mes sigues comprando lo necesario y que los gastos de ese nuevo mes se pagan en igual número de mensualidades que los gastos del mes anterior. Como cada gasto se va pagando a plazos al final los pagos de cada plazo superan lo que es normal en cada mes, que seguirás pagando a pesar de todo.

Yo uso una tarjeta de pago de un centro comercial, que cada mes via SMS me invita a trocear el pago de lo comprado ese mes. Como digo, eso parece atractivo una vez, pero si hago lo mismo todos los meses al final el gasto es más que el doble. Así que lo que yo pienso sobre esa oferta es que al no aceptarla he hecho un ahorro considerable, y que el dinero ahorrado lo puedo usar para parte de las compras del próximo mes. El ahorrar todos los meses, salvo para quienes realmente son pobres, que son muchos desgraciadamente, nos permite tener una cantidad disponible para ocasiones inesperadas, o para gastos extra que sabemos vendrán, como vacaciones, navidad.

También recibo casi mensualmente una oferta de tomar un préstamo de por ejemplo 1000 euros, que puedo ir pagando a 90 euros pensuales. Lo que supongo pasaría es que si acepto este préstamo, según lo fuera pagando recibiría la oferta de rellenar el préstamo hasta 1000 euros, por lo que contínuamente tendría un prétamo de 1000 euros, del que solo se beneficiaría la empresa con los intereses. Lo que yo pienso es que si yo me quedo con los intereses que no tengo que pagar si no tomo ese préstamo, tengo más dinero disponible para lo que realmente hace falta, y que sobre todo en muy poco tiempo, aun teniendo unos ingresos módicos, podría ahorrarme esos 1000 euros que la empresa me ofrece como crédito y dármelos a mí mismo como crédito para compras o gastos imprevistos.

El mismo centro comercial me ofrece un 1% de descuento por cada compra. Esto es quizás lo que hace que a algunos no les parezca mal pulsar «crédito» en vez de «contado» al realizar la compra, ya que siguen teniendo ese 1% de descuento. Pero se olvidan que si pulsan crédito empiezan a pagar un 6-8 o incluso 21% de intereses, que no recompensa la oferta del 1%.

Volviendo al frigorífico. La primera compra en mi casa de un frigorífico la razonó mi padre de la siguente forma: en los años 50 , sobre todo en los meses de verano, comprábamos hielo todos los días, que lo colocábamos en un cubo con comida a conservar fresca. Era barato, pero sumando día tras día al final era una suma considerable, por lo que un frigorífico, contando el precio de compra y también el gasto de electricidad, compensaba a medio plazo. Así que un sacrificio pequeño los primeros meses se iba volviendo en un ahorro contínuo y efectivo.

Es difícil saber ahorrar y saber gastar. No hay duda de que debería ser una materia a estudiar en la escuela, para al menos no ser engañados por empresas que lo que desean es que dependamos de ellas toda la vida.

En otro país, Suecia, un centro comercial cooperativo lo que ofrece es que los clientes/miembros pueden ingresar por adelantado una suma por la que pueden incluso cobrar intereses (esto en este momento en que los intereses son 0 no es válido, pero podría volver a cambiar). Esto mejora la economía del centro, lo que beneficia a los miembros. Sabiendo que uno tiene una cantidad de dinero propia disponible esto da una tranquilidad al consumente al ir a la compra.

Miguel Benito

miguel.benito@taranco.eu

No existe paga extra, sino paga en diferido

En estos días se habla de pagas extras, sobre todo en relación a la que los pensionistas reciben en julio y diciembre, y para las que el PP parece no tener la previsión necesaria, y acude al fondo de reserva de las pensiones pensados para otras situaciones.

Mirando el fondo de la cuestión vemos que los trabajadores reciben una paga mensual, o en algunos casos cada dos semanas, por el trabajo realizado. Pero no reciben todo el sueldo ganado. Parte del salario es retenido por el empresario para abonarlo en julio o en diciembre. Y la pregunta es ¿por qué?

En una charla que daba un alto dirigente sindical pregunté por qué los trabajadores querían tener una paga extra, en vez de cobrar su sueldo periódicamente sin retenciones por la patronal. La respuesta que recibí es que si se preguntara en una encuesta la mayoría optaría por que el patrono les retuviera el dinero ganado y se lo diera «en diferido». Esto es, preferimos creernos que el patrono nos regala dinero.

La paga extra sí fue algo «extra» la primera vez que se hizo, allá por 1947, por el ministro franquista del Trabajo José Antonio Girón. La segunda vez quizás también. Pero luego ya era parte del salario y dejó de ser extra para convertirse en salario retenido y pagado en diferido.

Me pregunto los problemas administrativos que conlleva esta retención de una parte del salario durante cinco meses. Muchos dejan el trabajo, se mudan, mueren, y seguro que esas retenciones dejan de abonarse a quien corresponde. Sabiendo la morosidad con la que se cobran ciertas cosas no me sorprendería que sea un negocio para el patrono, aparte de la liquidez engañosa que supone tener dinero en caja, si es que el patrono al menos es prevenido y no se deja sorprender.

Viendo como se tratan ahora las pensiones parece que ciertamente está instalado en la sociedad el sentido de que es algo extra y por ello ni siquiera está en el presupuesto de las pensiones y por ello se acude al fondo de reserva de las pensiones, que a este paso se vaciará como más tardar en 2017. Si los pensionistas, y todos los trabajadores, cobraran su sueldo mensual íntegro, sin recortes, no se podría hablar de extra, salvo que realmente lo fuera.

Personalmente no tendría nada en contra de que quien todavía quiera sorprenderse con una paga extra me enviara lo correspondiente a la retención hecha por el patrono y yo lo colocaría en un fondo de donde pagarles, por sorpresa, cada seis meses. Esto es, más o menos, lo que parece que una mayoría quiere. Aunque quizás más bien sea por ignorancia, dejadez, o conformidad con un orden establecido que favorece al pagador, no al cobrador.

¡Y así va España!

Miguel.benito@taranco.eu

 

 

 

¿Las banderas crean trabajo?

Parece que sí, en parte. La industria del textil parece tener una época dorada, así como el sector de distribución y de venta, por no decir la cantidad de periodistas que dedican su tiempo a escribir y hablar sobre piezas de tela. Pero, ¿es suficiente? ¿mejora la calidad de vida de los españoles? Parece que no.

En vísperas de nuevas eleciones necesitamos dedicar nuestro tiempo a discutir el porqué hay más de 21% de españoles en edad laboral sin encontrar un empleo. Y también discutir qué tipos de trabajo deseamos. Los trabajadores de la industria del carbón no tienen por ejemplo razón cuando piden que no se cierren las minas. Sí tienen razón en exigir que la administración les ayude para encontrar trabajos alternativos que les permita seguir viviendo donde siempre lo han hecho.

¿El trabajo ´indefinido´ es un invento del siglo XIX?

Eso parece decir el sr Rosell, presidente de la CEOE, que a la vez propone que busquemos nuevos trabajos día tras día. Parece que Rosell no vivió en la postguerra donde en muchas ciudades había jornaleros que acudían a un centro y esperaban a que alguien les eligiera para una «jornada».

El sr Rosell parece no haber leído tampoco el Nuevo Testamento. Allí se habla precisamente de «jornaleros» en una de las alegorías de Jesús sobre el jornalero que trabajó todo el día y el que vino a última hora, y ambos recibieron el mismo sueldo, por lo que el que trabajó todo el día se quejó. El trabajo no fijo es algo realmente viejo, y a eso quiere volver el sr Rosell.

Las energías renovables no solo crean empleo

Cuando tenemos tantos parados es un crimen no buscar fórmulas nuevas para crear empleos. Hay un partido político, uno solo, que habla de «crear empleo».  Lo que no veo es ninguna explicación de cómo lo quieren hacer.  Además el resultado de su política parece más bien lo contrario. El número de horas trabajadas disminuye continuamente.  Y esa debería ser la forma de medir el trabajo, no por el número de personas, aun siendo también importante.

Uno de los sectores que más rápidamente abrirían el mercado de trabajo a muchas personas y a la vez ser útiles para la sociedad es la expansión de las energías renovables. No son gratis, como algunos dicen. Pero sí que son un motor importante e imprescindible hoy para nuestra supervivencia como humanos. Lo que sí es gratis es que la energía como tal no es una comsumción. como el carbón o el petroleo, sino que sigue ahí. Es como si tuviéramos un cabo de vela que  arde permanentemente pero que el aceite o la cera nunca se consume.

Claro que hace falta mucho dinero y mucho trabajo. Pero esa es la idea. Un mundo sin trabajo no es concebible todavía. Pero es un paso muy grande tener trabajos dedicados no a consumir los recursos del planeta sino a conservarlos y reproducirlos.

La educación y la investigación ¿gasto o inversión?

Naturalmente no podemos dedicar recursos ilimitados, que no tenemos, a la educación o la investigación. Pero está claro que sin ello nuestra sociedad se estancaría y volvería a la edad de piedra. Algunos ven la educación como un gasto, pero es un error mayúsculo.

 

Miguel Benito

 

 

 

 

La dictadura del márketing

Sigo sorprendiéndome, a pesar de saber el motivo de la práctica, cuando veo en los precios cifras como 4,99, 119,90, 1,99, 2,99 etc. Justo en una tienda de juguetes todos los precios sin excepción eran con ,99 como decimales, 1,99, 2,99, 3,99 etc.

Se entiende que a comienzos de la entrada al consumismo a principios del siglo XX se intentara de alguna manera engañar al comprador a creer que el precio era más bajo de lo que era en realidad. Si el intento de engaño no se justificaba entonces, mucho menos ahora. En algunos comercios tienen además la mala costumbre de poner los euros con cifras grandes, y los céntimos con cifras bastante pequeñas, con lo que el engaño visual es completo. El motivo, según una empleada, era directamente para engañar al cliente. Otras, sin reflexionar, dicen que debe ser por el márketing??

En una tienda pude leer a cierta distancia:

1 pieza=2 euros, 2 piezas=4 euros, 3 piezas=6 euros. Me preguntaba qué sentido tenía, si una pieza costaba 2 euros dos piezas costarían cuatro euros. Pero no, al acercarme a un metro de distancia del rótulo pude leer 1 pieza=2,99 euros (los 99 céntimos con un tamaño de letra muy pequeño). Y lo mismo para dos y tres piezas. En realidad el precio era: 1=3 euros, 2=5 euros y 3=7 euros (menos un céntimo en cada caso). Ahora sí tenía sentido pensar que había una rebaja del 16% al menos si se compraban dos piezas, lo que a distancia no lo parecía.

Quizás fuera hora de acabar con esta práctica. Yo estoy seguro además de que unos precios más legibles y comparables favorecerían a los comercios.  Si no, por lo menos ahorrarían en el tiempo que dedican en rotular 9,99 ó 11,99 en vez de lo sencillo que es escribir y entender 10 ó 12 euros.

Gasolineras

Esta foto es de diciembre 2022 en un pueblo entre Gandía y Oliva

En las gasolineras sigue incluso la práctica de rotular no solo con dos decimales sino con tres, esto es, milésimas de un euro (que ni siquiera existen como moneda). Se ha explicado que esta práctica se introdujo en 2001 con la llegada del euro para que hubiera una aproximación más cercana a la peseta. Una idea en sí pobre, pero que hoy, después de 22 años de la implantación del euro carece de sentido. Mirando en las gasolineras los precios además, con pocas excepciones, suelen ser del estilo 1,349, 1,399 etc. con lo que una milésima de menos engaña aún más e impide una comparación ocular de precios entre gasolineras. A ver cuál es la primera gasolinera que abandona esta práctica inútil y confusa. En la foto de arriba los precios hubieran estado mejor si fueran 1,66, 1,71, 1,57 o 1,70. No creo que esta forma de usar hasta milésimos exista en otros países que usan el euro.

A la vez se escucha por primera vez la idea de suprimir las monedas de uno y dos céntimos. Nada mejor y a tiempo. Aunque no entiendo los comentarios de que el precio final se ajustaría a la alta. En Suecia se hace el ajuste de céntimos al final de la compra de la siguiente manera:

0,01 y  0,02 se ajustan a 0,00, mientras 0,03 y 0,04 se ajustan como 0,05. Igualmente 0,06 y 0,07 se ajustan a 0,05 mientras 0,08 y 0,09 se ajustan a 0,10.  Un día ganas 1-4 céntimos en toda la compra, otro día pierdes 1-4 céntimos, en toda la compra. Al fin, ni ganas ni pierdes.

Miguel Benito

actualizado diciembre 2023

7000 trabajos por día

En el debate político de la TV1 este lunes 19 de mayo entre seis partidos dijo González Pons que las cosas van mejor, entro otras 7.000 personas encontraban trabajo cada día. Lo ha vuelto a repetir este viernes en la entrevista en Radio 1.

Nuestra reacción normal al oír que «se crean 7.000 puestos nuevos de trabajo por día» es que son permanentes y que además no desaparecen otros puestos de trabajo.  Pero esto no lo dijo González Pons, así que no necesitó mentir.

Pongamos que una empresa contrata cada día, como se hacía antes con jornaleros que esperaban cada mañana a ser empleados ese día, 7.000 jornaleros. Pues bien, en un año alguien podría pensar que esa empresa ha empleado a 2,1 millones de personas (300 días a 7.000 personas cada día) y que en dos años el paro en España estaría solucionado, mientras que en realidad siguen siendo  7.000 personas o algunas más si hay cierto movimiento entre estos jornaleros.

No es correcto sacar a relucir cifras que tienen relación con muchas variables. En el caso de los 7.000 empleados por día cabe por ejemplo saber cuántos empleados dejan su trabajo cada día. Si por ejemplo fueran 8.000 personas que abandonan cada día de nada serviría que entraran 7.000.  O si esos 7.000 es la diferencia entre los que dejan el mercado del trabajo y los que entran en el. Hay muchas otras variables en consideración.

Con frecuencia se confunde el número de personas empleadas con el término «empleo», lo que estadísticamente no es correcto. En Suecia se mide empleo por la cantidad de horas trabajadas por año, que pueden variar algo dependiendo de qué profesión y nivel se trata. Si partimos de 40 horas de trabajo por semana las horas anuales para un empleo serían aproximadamente unas 1840 horas. Normalmente hay un espacio entre 1600 y 1900. Si dos personas trabajan a media jornada solo representan un empleo. Si cuatro personas trabajan cada una tres meses eso resulta  en solo un empleo en términos anuales.

Volviendo al número de 7.000 nuevos trabajadores cada día el resultado podría ser de 22 empleos anuales si solo trabajan un día, 109 empleos si trabajan una semana, 612 empleos si trabajan un mes seguido, i así sucesivamente.  Por ello cuando se habla de «creación de empleo» se puede estar engañando a la ciudadanía, inconscientemente si es por ignorancia. Muy frecuentemente se habla de trabajos de vendimia, navidad, semana santa, verano, etc. Una persona puede encontrar trabajo cinco veces durante un año para estos diferentes trabajos y lamentablemente contar estadísticamente como cinco empleos, lo que es engañoso.

En un debate público es un disparate sacar cifras que no pueden ser contrastadas. Pero esto lo saben los políticos.

miguel.benito @ taranco.eu