La Cataluña de la deriva

Cuando dentro de unos años los historiadores estudien el tiempo en que vivimos se preguntarán, no sin motivo, cómo fue posible el trajín de postulados que hacían suyos los líderes de una de las regiones españolas más respetadas y conocidas.

Quiero empezar con un par de reflexiones sobre dos fenómenos en los que la generalidad de Cataluña es responsable. Uno es la foto que cada martes, religiosamente, se hace el presidente Puigdemont solo o acompañado de camino a la reunión rutinaria de su consejo.  ¿Hay algún otro presidente de provincia, región o país del mundo, salvando las dictaduras, que se fotografíe de camino a su trabajo semanal, y que publique la foto en Twitter?
El otro punto irritante es la lengua usada en la página web del gobierno catalán, govern.cat, que desde hace casi dos años ha dejado de publicarse en castellano y solo se puede leer en catalán o en inglés, sabiendo que el 50% de los catalanes son hispanohablantes.

Y ahora a las noticias:

1) El primer caso es del 30/11, propuesta de diálogo de Puigdemont :

President Puigdemont: «Volem dialogar amb l’Estat amb una condició, que no hi hagi condicions»
El cap de l’Executiu afirma que el diàleg anunciat pel Govern espanyol “no s’està produint” i reclama la bilateralitat en les negociacions perquè “ens hem guanyat amb justícia el dret a ser reconeguts”
Carles Puigdemont subratlla que el 75% dels nous pressupostos són despesa social i critica que l’oposició estigui “obsessionada amb el 0,02%” dels comptes que corresponen a l’organització de consultes
El president reitera que no assistirà a la Conferència de presidents autonòmics prevista per parlar del finançament autonòmic perquè aquestes reunions “no serveixen per a res”

El sr Puigdemont pide que no haya condiciones, para a renglón seguido exigir «bilateralidad» en las negociaciones, porque se lo han ganado así sin más, a la vez que él se niega a acudir a la conferencia de presidentes autonómicos. El motivo parece ser obvio, el sr Puigdemont no quiere ser uno más.  En cuanto al sueldo sabemos que está muy por encima de todos los presidentes, incluso el del gobiern ode España. Esto no implica que trabaje mejor o que sea el mejor para Cataluña, simplemente se apropia de un dinero de los contribuyentes que en parte deberían ir a otras cosas.

También sabemos, por la multitud de declaraciones, que el sr Puigdemont dice que habrá referéndum sí o referéndum sí. ¿No hay condición más condicionante que esta? Y además se queja de que la propia oposición en el parlamento catalán no contempla legal la asignación del 0,02% del presupuesto para esta consulta, como si la ínfima cantidad procentualmente hablando legitimara malversación de los impuestos pagados por los catalanes.

2) El segundo caso viene a cuenta con motivo del informe de PISA el miércoles 7/12 sobre la educación.  El gobierno catalán presenta el informe de una manera muy original:

Noticia 184: Catalunya és el país de la Unió Europea i de l’OCDE que millora més en competència científica a les proves PISA
Per primer cop, Catalunya se situa per sobre de la mitjana d’Espanya, de la Unió Europea i de l’OCDE en les tres competències avaluades
La consellera d’Ensenyament, Meritxell Ruiz, expressa satisfacció per uns resultats “que demostren que la transformació educativa del país en el marc de la LEC, les polítiques educatives i la feina de docents i centres van en la bona direcció”.

No deja de ser llamativo el que en el titular Cataluña se considere país de la Unión Europea y de la OCDE.  Si cambiamos Cataluña por Navarra o Castilla y León entendemos el saltomortal que los dirigentes de la generalidad catalana hacen al vacío. El problema es que quienes solo leen la noticia filtrada por la generalidad adquieren con el tiempo una visión retorcida del concepto de país.

El segundo titular es correcto, pero a la vez mentiroso, ya que habla de que los resultados de Cataluña están por encima de la mitad de España, pero obvia que hay otros países (como Castilla y León, Navarra o Madrid, países según la terminología catalana) que están por encima de los resultados de Cataluña. Con ello el éxito no es tan grande como parece.

 

Miguel Benito

miguel.benito@taranco.eu

La reforma constitucional y electoral

Habiendo mayoría para enfrentar una reforma de la constitución el paso siguiente es reflexionar sobre qué puntos se quieren reformar, añadir o quitar.

Mi punto de vista, después de haber vivido 47 años en Suecia, es que sobre todo se deben de reformar los puntos que atañen a elecciones y representación ciudadana. El senado, si se quiere que siga existiendo, debe de restringirse a máximo unos cien senadores (dos por provincia) y ser de representación territorial. Con ello también se facilitaría la proporcionalidad en las elecciones al congreso, a la vez que aún así se podía restringir el acceso al congreso a partidos con un bajo nivel de votos. En Suecia el mínimo es de 4% de votos. El motivo es que de esa forma el partido más pequeño con al menos 14 diputados puede obtener representación en casi todos los comités. Hoy en España vemos que hay partidos con 1, 2 o 3 diputados. Un partido como PNV con 5 diputados repite hasta la saciedad que lo único que a ellos les interesa es Euzkadi. Y yo me pregunto ¿qué pintan en un congreso nacional si solo un tema regional les interesa? Se deberán aburrir la mayor parte del tiempo, a no ser que su propósito sea sabotear la actividad parlamentaria, lo que sí puede acarrear cierto sentido de satisfacción. En Suecia todos los diputados se orgullecen de representar a «todos los ciudadanos»,  incluso a quienes no les votaron ni pertenecen a su circunscripción.

Según la constitución cualquier cambio puede ser sometido a referéndum si un 10% de los diputados lo piden. Por falta de participación ciudadana que no sea. Yo creo que cambios sustanciales, como el futuro del senado bien valen un referéndum, pero ¿cambios mínimos de algún parágrafo,  punto o coma? Esto en Suecia lo han solucionado haciendo que cualquier cambio en la carta magna sea corroborado por dos legislaturas parlamentarias. Esto es, un cambio aprobado en una legislatura no entra en vigor hasta que no se aprueba en la siguiente. Esto permite, primero un cierto tiempo de reflexión, y segundo la posibilidad de arrepentimiento si los electores cambian de opinión y votan candidatos que no están dispuestos a apoyar las propuestas aprobadas en la legislatura anterior.

También  sabemos de la preocupación continua de que en el parlamento haya 175 votos contra 175. En Suecia ocurrió entre 1973 y 1976. En caso de empate se decidió por lotería (como en algunos ayuntamientos españoles a la hora de elegir alcalde). Esto se cambió en 1976 haciendo que el número de diputados fuera 349 en vez de 350. Este pequeño cambio también se podría hacer en España para facilitar la gobernabilidad.

Otra peculiaridad de Suecia a tener en cuenta es que quienes son nombrados ministros o secretarios de estado no pueden seguir de diputados. Pueden recuperar su puesto si dejan el ministerio, pero mientras tanto otro diputado ocupa su lugar, con lo que no tienen que dividir su tiempo entre el parlamento y el ministerio, además de que con ello se da una oportunidad a una representación mayor de ciudadanos en política.

No valdría mal que los diputados españoles pasaran una semana de prácticas en otros parlamentos europeos, para beneficio de todos, no solo para aprender sino para intercambiar buenas prácticas.

Miguel Benito

miguel.benito@taranco.eu

 

 

Voluntariado y recogida de alimentos

Hace unos días se hizo una recogida de alimentos por toda España para ayudar a los menos favorecidos. El número de voluntarios para hacer el trabajo era considerable, y todos se sentían satisfechos por el trabajo.

Pero, pensándolo bien: ¿qué sentido tiene que uno vaya a un supermercado, compre a precio normal un producto y luego lo deje en manos de los voluntarios para que primero hagan un sorteo por categoría y luego lo transporten a los bancos de alimentos existentes?

¿No sería mejor colectar dinero, y con ello comprar directamente a precios reducidos una mayor cantidad, y además los productos realmente necesarios a cada momento? Algunos dirían que la solidaridad no sería la misma y la recaudación sería baja.

Valdría la pena cambiar de forma y que los bancos de alimentos publicaran el número de sus cuentas bancarias para que los donantes puedan elegir entre comprar alimentos a una cadena, con el beneficio para esta y enviar dinero que los bancos de alimentos pueden usar mucho mejor.

Yo por mi parte sigo sin entender que nuestra solidaridad pase primero por ayudar a las empresas que regentan los supermercados a mejorar sus cuentas de venta. Hay un productor que practica el sistema de puntos al comprar ciertos productos, y que esos puntos son cancelables por descuentos al comprar un nuevo producto, pero que se pueden donar para el banco de alimentos a la vez que el productor se compromete a añadir un 50% a la donación. Esta forma de donar sí es interesante, ya que no obliga al donante a ir al supermercado a comprar un producto y depositarlo luego en los carros solidarios obligando a un ejército de personas solidarias a hacer un resorteo de los productos.

También lo he visto en recogida de productos para refugiados en países lejanos. Aparte de la inseguridad en saber de qué productos  realmente están necesitados existe el coste desproporcionado en el transporte, que consume un valor importante de dinero que podía usarse mejor comprando los productos cerca de los campos de refugiados, lo que a la vez beneficiaría a la producción local, que seguramente también lo necesita para sobrevivir.

Creo que debemos repensar la estrategia. Hay muchos actos solidarios que se pueden hacer sin este trajín de mercancías, que benefician más a las empresas que a los necesitados. Podemos participar en comedores solidarios, lo que muchos ya hacen; o en acompañar a personas en necesidad de ayuda a hacer actividades que les hace vivir en ese momento, convivir sencillamente.

Y cómo no, donar dinero para que las organizaciones de voluntariado puedan hacer su labor allí donde hace falta y allí donde la sociedad pública, por desgracia, se desentiende.

Miguel Benito

 

El arte de complicar

A veces se sorprende uno al ver la complejidad innecesaria de un comunicado. Ante un corte de luz una empresa bien conocida escribe una nota a la puerta del edificio con este texto:

«corte de luz de 13/11/2016 04:00 a 13/11/2016 04:30 horas y de 13/11/2016 10:00 a 13/11/2016 10:30 horas»

que se podía escribir mejor:

«corte de luz el domingo 13 de noviembre de 04:00 a 04:30 y de 10:00 a 10:30 horas»

Radio Nacional

Y qué decir decir de Alfredo Menéndez, director del programa las mañanas de RNE, que día tras día, semana tras semana, a eso de las 8:05 repite a toda velocidad

«y mientras otros opinan nosotros contamos noticias»

¿Hay una frase más vacía, sobre todo sabiendo que pasados 25 minutos él mismo se dedica a opinar?

Numeración de espera o de autobuses

En un hospital valenciano se ha instalado un sistema de cola algo especial. Al llegar a la entrada hay varios «kioskos» (así se llaman) donde introduciendo la tarjeta SIP el visitante recibe un número X3Z, B7H, F4L o algo parecido, sin ninguna referencia a los números que los siguientes visitantes puedan recibir, aunque sea para ir al mismo doctor. Esto hace que cada vez que suena un timbre anunciando un nuevo número todos tienen que mirar si es el suyo. Y como las combinaciones letras mayúsculas y número intermedio son difíciles de memorizar tienen que mirar el papelito con bastante frecuencia hasta que sale el suyo. Luego en el monitor aparece el número de la papeleta y la sala de la visita, esta con la letra C y un número, C4, C21, cuando sería suficiente escribir 4, 21, etc. En todos los pisos del hospital las salas de consulta son C, así que si uno está en un piso diferente a donde se llevará la consulta puede quedar bastante confuso.

Esto de añadir información superflua se ve en muchos otros casos. En una ciudad alicantina hay dos lineas de autobuses. La una se llama L1 y la otra L2. ¿Por qué no poner 1, resp. 2, sin más? La L además de estar de sobra dificulta la lectura al ver pasar el autobús.

Presupuestos detallados al último céntimo

Otro ejemplo de cómo nos gusta complicar las cosas es la notificación de presupuestos para una obra pública. Primero que nada, un cartel a veces más grande que la obra a realizar. Luego la suma asignada al proyecto: puede ser de 494.538,88 (en Calpe) o de 2.971.432,52 (en Gandía). ¿No sería más fácil escribir 494.500 euros y 2.970.000 euros, o 3 millones sin más? ¿Qué importancia tienen los 38,88 euros o los 52 céntimos de euros para que tengan que mencionarse?

Bona tarda, buenas tardes

En los últimos tiempos se está haciendo frecuente en los medios televisivos en español el saludo «bona tarda, buenas tardes» si el entrevistado es catalán. Mi opinión es que si se dice por cortesía «bona tarda» esto sería suficiente. Al repetirlo en castellano deja de ser cortesía, no es más que un aumento de palabras inútiles. Lo lógico es que el aludido respondiera «buenas tardes» y así devolver la cortesía mostrada. Pero no, él también repite «bona tarda, buenas tardes». Es muy cansino.

miguel.benito@taranco.eu

Las farmacias españolas

En un artículo de Emilio de Benito sobre Jesús Aguilar en El País el domingo 25 de septiembre  con el titular «Pese a la crisis, en 2015 se abrió una farmacia cada día» se puede leer entre otras cosas:

“Cuando se dice que la receta electrónica ha ahorrado a los médicos de Castilla y León un 27% de su tiempo, hay que pensar dónde ha aumentado, y es en las farmacias.»

Ciertamente el sistema es primitivo. Teniendo receta electrónica, teniendo caja electrónica, es difícil de entender que el farmacéutico se dedique a cortar con una cuchilla el código de barras, y fijarlo en una hoja de papel. Preguntando el motivo me explican que es la única manera de cobrar de la comunidad autonómica. Pero la información ya está en forma digital. ¡Qué cantidad de papel para nada! Además de que hay que enviarlo a una central, donde por lo visto alguien tiene que escanear hoja por hoja la información de los códigos que ya tienen.

Otro problema con las recetas es que la mayoría de las medicinas se dispensan para como máximo un mes, cuando no dos semanas. Se puede entender en algunas medicinas que pueden ser peligrosas si se toman en gran cantidad. Pero la mayoría no son así. Para un enfermo crónico que necesita 4 o 5 medicinas diferentes lo problable es que tenga que acudir a una farmacia cada dos semanas. Hay un plazo de 10 días para recoger una medicina, lo que impide que se pudieran enlazar dos períodos. Si se está de viaje la medicina no se puede recoger por adelantado, ni tampoco si uno se ha atrasado demasiado. También existe el problema de que las recetas de una región no pueden usarse en otra. En caso de necesitar una receta fuera de su comunidad uno tiene que dirigirse a un médico para que le haga una nueva. En Suecia uno puede recoger las medicinas para tres meses, y en cualquier parte del país, lo que hace que sea suficiente con 4 o 5 visitas a la farmacia al año, en vez de 24 como en España. Las recetas valen un año en general, y la medicina no recogida en el primer trimestre puede recogerse en el segundo. No se puede recoger por adelantado, como tampoco en España, pero con una excepción: presentando un billete de viaje se pueden retirar las medicinas con antalación.

Estas dos cosas, el tener que cortar con una cuchilla el código de barras, y el que haya que acudir a la farmacia cada dos semanas, se podrían solventar rápidamente y con ello ahorrar tiempo y dinero a la administración, a la farmacia y tiempo y molestias también al paciente.

El señor Jesús Aguilar explica en el artículo de El país, escrito por E. de Benito, que hay cerca de 22.000 farmacias en España. El motivo es que se desea que sean de fácil acceso. Eso está bien, pero no se entiende que haya más de cinco farmacias en un radio de cinco minutos andando, y que si andamos diez minutos el número de farmacias se puede duplicar. Claro que si los usuarios no necesitan ir más de 5 veces al año en vez de 24 el número de farmacias no necesitaría ser tan grande. Pero tampoco, aunque los usuarios tengan que ir 24 veces al año, hace falta que estén a dos minutos de distancia entre sí.

Miguel Benito

miguel.benito@taranco.eu

 

«Casos y casas de corrupción»

Hoy en una entrevista en radio nacional a una representante gallega de Podemos pude escuchar primero la frase «todos y todas», para un poco más tarde escuchar «casos y casas de corrupción».

La obsesión por separar los géneros entre quienes dicen hablar por la igualdad de género llega a fórmulas más que inusitadas. Al decir «todos y todas» estamos diciendo «la mitad de todos y el total de todas». Absurdo matemáticamente. Se me ocurre que con el tiempo lleguemos a poner dos letreros en dos piscinas, el uno con el texto «piscino reservado para todos» y el otro «piscina reservada para todas», como si estuviéramos en la Arabia saudí. Hay otra fórmula igual de peregrina usada por quienes dicen «nosotros y nosotras». ¿En qué género se incluye el que habla? Lo lógico si se quiere separar por género sería «nosotros y vosotras», o «nosotras y vosotros».

«Casos y casas de corrupción» muestra que se ha perdido totalmente el sentido del valor de las palabras. Casi todos sabemos que «caso» no tiene forma femenina, pero la entrevistada no tuvo problema en decir «casos y casas de corrupción». ¿Cuál será la siguiente fórmula? ¿Diremos «los congresistos y las congresistas»? La pregunta no es supérflua. No hace poco otro político decía «miembros y miembras». Hay multitud de palabras con forma femenina pero que son válidas para ambos géneros, por ejemplo electricista, socialista, finalista. A nadie, de momento, se le ocurre decir «el finalisto y la finalista», o «el socialisto y la socialista».

Oímos con frecuencia «los niños y niñas», suprimiendo el artículo «las» en la segunda parte. Formalmente significaría que queremos decir «los niños y los niñas».  Me pregunto además cómo se traduce «todos y todas» al inglés y a otras lenguas: ¿»all and all»?

Tampoco tiene sentido distinguir el género en toda ocasión. Cuando continuamente hablamos de igualdad de género en la vida social nos empeñamos en crear desigualdad de género en el lenguaje. Me sorprende que quienes continuamente, a tiempo y destiempo, hacen hincapié en ambos géneros en la práctica están recordándonos que no están por la igualdad de género. Lo mismo parece ser la costumbre española de hoy de que los hombres besen a las mujeres sin conocerlas, y que las mujeres besen a hombres y mujeres. Viendo algunos actos por la tele me sorprendo del zigzag que significa esos besos a unos y a otros. ¿Esto es igualdad, cuando hay diferencia de trato por el género? ¿No sería suficiente darse la mano sin distinción de género?

La expresión «lenguaje inclusivo» no parece ser muy correcta, más bien al usar los dos géneros, y en algún caso un tercero, lo que hacemos en enfatizar las diferencias, por ende yo lo denominaría  como «excluyente». Bien es cierto que hay una desigualdad entre hombres y mujeres desde tiempos atávicos, pero no se soluciona repitiendo ambos géneros, sino buscando términos que son comunes para ambos géneros cuando esto es posible. Si decimos «las personas» no nos referimos a ningun género específico. Hay multitud de palabras que pueden ayudar a ser inclusivos sin ser repetitivos.

Miguel Benito

miguel.benito@taranco.eu

La política endiablada

 

No queda duda, oyendo los debates diarios en las televisiones, y leyendo los periódicos, que hay una falta de liderazgo y de norte en la política española. Muchos años de bonanza y dejadez han dejado un país que ya no quiere conocerse a sí mismo.

Lo peor es que el lenguaje político está tan corrompido o más que la propia corrupción económica, que ya como tal es suficiente para que muchos de los políticos que todavía siguen en sus cargos hubieran dejado la política por vergüenza, al menos.

Justo hoy, cuando se publica la encuesta del CIS, sale el partido popular anunciando que el presidente Rajoy ha mejorado en la apreciación de los ciudadanos. El problema es que aún así sigue siendo Rajoy el político peor valorado. ¿Por qué entonces se empeña el PP en destacar que ha mejorado? ¿No sería mejor dejarlo pasar, y realmente intentar algo real para que la ciudadanía le aprecie? No, eso ya es más difícil.

Otra frase que se repite continuamente es que «los españoles han  votado a Rajoy». A Rajoy solo le votaron una parte amplia, pero minoritaria, de los madrileños. Los demás han votado, en caso que fuera al PP, solo a 136 diputados además de Rajoy en Madrid. Los españoles lo que han votado en su conjunto es a 350 diputados, y de estos solo 137 son del  PP. Esto es, los españoles han votado en mayoría a otros partidos. Lamentablemente, al no ponerse de acuerdo los demás partidos, parece como si esta minoría de 137 tuviera todos los derechos del mundo a gobernar. Y no los tiene, por mucho que incluso otros partidos como el PSOE digan que ahora «es el tiempo de Rajoy». Es el tiempo de todos. Y si no, ¿por qué les hemos elegido? Que el rey haya pedido a Rajoy intentar formar gobierno no debía ser obstáculo para que otros partidos intenten otra fórmula desde ya, sin esperar a que Rajoy fracase o se abstanga. Más teniendo en cuenta que han  declarado que no le van a votar.

Yo soy de los que creen que estando las cosas como están, y viendo que no quieren trabajar por otra alternativa, lo mejor es dejar que el PP gobierne, o mejor dicho, que «ejecute». Decimos que el rey reina pero no gobierna. Deberíamos poder decir también que el gobierno «ejecuta» pero no gobierna. El gobernante debería ser el parlamento. En este caso tenemos una ocasión dorada para retirar del gobierno algunas de las prerrogativas que tiene hoy, igual que se ha hecho con la monarquía.

Habiendo en el congreso una mayoría en contra del PP, no habría dificultad en que prácticamente todas las leyes que se aprueben fueran dictadas por los demás partidos y no por el PP. Una ocasión dorada. Ya sé que algunas leyes no pasarían el ojo del senado, pero las leyes que busca el PP y que son nefastas tampoco pasarían el congreso, y eso es más que suficiente. Si luego ese gobierno del PP no está de acuerdo en que el congreso le corte las alas y le imponga unos presupuestos diferentes, tiene, claro está, la posibilidad de dimitir y anunciar nuevas elecciones.

Leyes que urgen, y que el PP tendría dificultad en negarse a ejecutar si se aprueban, son por ejemplo una reforma de la ley electoral. No se entiende que el número de votos no se corresponda con el número de escaños. Cuando PSC con 16% de votos en Cataluña tiene menos escaños que CDC con 13 % de votos algo está mal. Y eso incluso en la misma región.

En Suecia se puede votar a un diputado en forma similar a la votación del senado en España, marcándolo especialmente en la papeleta. También existe la posibilidad de que un candidato se presente en todas o algunas de las listas del país. Es frecuente que el número 1 y algunos otros de un partido están en todas las listas. Así sí que podemos decir que alguien ha sido votado en todo el país, y no solo por unos cuantos. Hubiera sido interesante ver si a Rajoy le votarían en otras regiones y provincias.

El parlamento parece estar de vacaciones estos días. Sería una buena oportunidad para que una mayoría de diputados visitara durante una semana otros parlamentos europeos y de otros continentes y estudiara las diferentes formas de hacer política. Con ello podrían traer nuevas experiencias que podrían trasladarse en nuevas formas de trabajar. Seguro que también podrían aportar algo nuevo a los parlamentos que visitaran, «dar y recibir».

Finalmente, el mantra de la «creación de empleo». Para mí significa que se ha creado un nuevo puesto de trabajo que o no existía, o que se había perdido por la crisis. Lo que no puede ser creación de empleo es que varios trabajadores ocupen hoy un puesto de trabajo que antes se cubría por una sola persona. Eso es destrucción de empleo. En Suecia la ratio de empleo se mide contando las horas trabajadas. Hay un número de horas general por año, pero también por tipos de trabajo. Dos personas trabajando a media jornada significan un puesto de trabajo. Si solo trabajan 10 horas a la semana, en términos generales hacen falta cuatro personas para un empleo o un puesto de trabajo. Esta forma de presentar la estadística nos daría una visión más realista de si estamos creando empleo o más bien «destruyendo empleo».  No digo nada sobre el papel del sueldo, porque eso sí se entiende. No podemos aceptar de ninguna manera tener esclavos en nuestra sociedad. Desgraciadamente muchos trabajadores están ya incluídos en esa categoría.

Miguel Benito

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@caracena10

No existe paga extra, sino paga en diferido

En estos días se habla de pagas extras, sobre todo en relación a la que los pensionistas reciben en julio y diciembre, y para las que el PP parece no tener la previsión necesaria, y acude al fondo de reserva de las pensiones pensados para otras situaciones.

Mirando el fondo de la cuestión vemos que los trabajadores reciben una paga mensual, o en algunos casos cada dos semanas, por el trabajo realizado. Pero no reciben todo el sueldo ganado. Parte del salario es retenido por el empresario para abonarlo en julio o en diciembre. Y la pregunta es ¿por qué?

En una charla que daba un alto dirigente sindical pregunté por qué los trabajadores querían tener una paga extra, en vez de cobrar su sueldo periódicamente sin retenciones por la patronal. La respuesta que recibí es que si se preguntara en una encuesta la mayoría optaría por que el patrono les retuviera el dinero ganado y se lo diera «en diferido». Esto es, preferimos creernos que el patrono nos regala dinero.

La paga extra sí fue algo «extra» la primera vez que se hizo, allá por 1947, por el ministro franquista del Trabajo José Antonio Girón. La segunda vez quizás también. Pero luego ya era parte del salario y dejó de ser extra para convertirse en salario retenido y pagado en diferido.

Me pregunto los problemas administrativos que conlleva esta retención de una parte del salario durante cinco meses. Muchos dejan el trabajo, se mudan, mueren, y seguro que esas retenciones dejan de abonarse a quien corresponde. Sabiendo la morosidad con la que se cobran ciertas cosas no me sorprendería que sea un negocio para el patrono, aparte de la liquidez engañosa que supone tener dinero en caja, si es que el patrono al menos es prevenido y no se deja sorprender.

Viendo como se tratan ahora las pensiones parece que ciertamente está instalado en la sociedad el sentido de que es algo extra y por ello ni siquiera está en el presupuesto de las pensiones y por ello se acude al fondo de reserva de las pensiones, que a este paso se vaciará como más tardar en 2017. Si los pensionistas, y todos los trabajadores, cobraran su sueldo mensual íntegro, sin recortes, no se podría hablar de extra, salvo que realmente lo fuera.

Personalmente no tendría nada en contra de que quien todavía quiera sorprenderse con una paga extra me enviara lo correspondiente a la retención hecha por el patrono y yo lo colocaría en un fondo de donde pagarles, por sorpresa, cada seis meses. Esto es, más o menos, lo que parece que una mayoría quiere. Aunque quizás más bien sea por ignorancia, dejadez, o conformidad con un orden establecido que favorece al pagador, no al cobrador.

¡Y así va España!

Miguel.benito@taranco.eu

 

 

 

Demografía, una asignatura pendiente

Hace unos días el INE dió la noticia de que nacen menos niños que personas que mueren. Esto se interpretó en la prensa como que la población «envejece». ¿Cómo es posible? ¿No debería ser al revés? Si más mayores mueren la población se rejuvenece. Bueno, esto tampoco es verdad.

La verdad es que el envejecimiento depende sencillamente del aumento de edad de los que vivimos. Si la edad media de vida aumenta decimos que la población envejece.

El problema es que luego asociamos el envejecimiento de la población y la disminución de la natalidad a una sociedad en situación delicada, cuando en parte deberíamos de alegrarnos por ambas cosas. Para una sociedad y un planeta sostenible es realmente necesario que la cuota de natalidad baje. No podemos seguir creciendo indefinidamente. Lo importante es que quienes vengan después de nosotros puedan tener una vida digna. La sostenibilidad del planeta depende de que hagamos un uso inferior de los recursos existentes.

También hay quienes creen, cuando dicen que la población envejece, que el coste del envejecimiento en forma de servicios para los mayores no se puede asumir si no nacen más personas. Nada más equivocado. Primero que nada, si hay menos niños también hacen falta menos personas que se dediquen a ellos en escuelas, hospitales, cuidado en casa, etc. por lo que las personas que sobran para esas tareas podrían dedicarse al cuidado de los mayores. Nos olvidamos que al menos los 25 primeros años de vida dependemos de otros para nuestra subsistencia, al menos en los países de la UE hoy día.

Segundo, con una disminución de la natalidad el número de viejos a largo plazo también disminuye, aunque aumente la expectancia de vida, por lo que el problema en ese sentido es temporal. También, gracias a los avances médicos, la necesidad de cuidados no aumenta exponencialmente al número de mayores.

Olvidamos que la población en España se ha duplicado en los últimos sesenta años. En otros países se ha triplicado, incluso cuadruplicado. Si queremos un mundo mejor donde todos tengan una vida digna no podemos estar pensando en aumentar la cantidad de parados y la cantidad de mayores de 65 años que no pueden llamarse pensionistas porque no cobran ninguna pensión. Muchos se preguntan quiénes cuidarán a los mayores de edad en el futuro. La pregunta es más bien, quiénes los cuidan hoy. Si somos incapaces como sociedad de dar trabajo al 21% de la población en edad activa y de ayudar con pensiones a un buen número de mayores de edad, ¿porqué esa obsesión por el número bajo de nacimientos?

Hay otro aspecto que obviamos, y es el cambio climático. Todos están de acuerdo que la acción del hombre en uno u otro sentido es decisivo. Un aumento de la población dificulta cualquier intento de solución, ya que cada persona significa un consumo de energía y recursos. Por ello el cambio climático no puede desasociarse del aumento de población. Una disminución paulatina de la población debe de ser recibida con buenos ojos.

Miguel Benito

Comentarios a miguel.benito@taranco.eu

 

¿Las banderas crean trabajo?

Parece que sí, en parte. La industria del textil parece tener una época dorada, así como el sector de distribución y de venta, por no decir la cantidad de periodistas que dedican su tiempo a escribir y hablar sobre piezas de tela. Pero, ¿es suficiente? ¿mejora la calidad de vida de los españoles? Parece que no.

En vísperas de nuevas eleciones necesitamos dedicar nuestro tiempo a discutir el porqué hay más de 21% de españoles en edad laboral sin encontrar un empleo. Y también discutir qué tipos de trabajo deseamos. Los trabajadores de la industria del carbón no tienen por ejemplo razón cuando piden que no se cierren las minas. Sí tienen razón en exigir que la administración les ayude para encontrar trabajos alternativos que les permita seguir viviendo donde siempre lo han hecho.

¿El trabajo ´indefinido´ es un invento del siglo XIX?

Eso parece decir el sr Rosell, presidente de la CEOE, que a la vez propone que busquemos nuevos trabajos día tras día. Parece que Rosell no vivió en la postguerra donde en muchas ciudades había jornaleros que acudían a un centro y esperaban a que alguien les eligiera para una «jornada».

El sr Rosell parece no haber leído tampoco el Nuevo Testamento. Allí se habla precisamente de «jornaleros» en una de las alegorías de Jesús sobre el jornalero que trabajó todo el día y el que vino a última hora, y ambos recibieron el mismo sueldo, por lo que el que trabajó todo el día se quejó. El trabajo no fijo es algo realmente viejo, y a eso quiere volver el sr Rosell.

Las energías renovables no solo crean empleo

Cuando tenemos tantos parados es un crimen no buscar fórmulas nuevas para crear empleos. Hay un partido político, uno solo, que habla de «crear empleo».  Lo que no veo es ninguna explicación de cómo lo quieren hacer.  Además el resultado de su política parece más bien lo contrario. El número de horas trabajadas disminuye continuamente.  Y esa debería ser la forma de medir el trabajo, no por el número de personas, aun siendo también importante.

Uno de los sectores que más rápidamente abrirían el mercado de trabajo a muchas personas y a la vez ser útiles para la sociedad es la expansión de las energías renovables. No son gratis, como algunos dicen. Pero sí que son un motor importante e imprescindible hoy para nuestra supervivencia como humanos. Lo que sí es gratis es que la energía como tal no es una comsumción. como el carbón o el petroleo, sino que sigue ahí. Es como si tuviéramos un cabo de vela que  arde permanentemente pero que el aceite o la cera nunca se consume.

Claro que hace falta mucho dinero y mucho trabajo. Pero esa es la idea. Un mundo sin trabajo no es concebible todavía. Pero es un paso muy grande tener trabajos dedicados no a consumir los recursos del planeta sino a conservarlos y reproducirlos.

La educación y la investigación ¿gasto o inversión?

Naturalmente no podemos dedicar recursos ilimitados, que no tenemos, a la educación o la investigación. Pero está claro que sin ello nuestra sociedad se estancaría y volvería a la edad de piedra. Algunos ven la educación como un gasto, pero es un error mayúsculo.

 

Miguel Benito