Desde las elecciones del 23 de julio el PP ha estado repitiendo día sí y día también que el PP ganó las elecciones. A mi parecer es un uso incorrecto del lenguaje. Ganadores son todos los partidos que han obtenido representación en el Congreso. Perdedores son los que se han quedado fuera, que no son pocos, para ser exactos 47 partidos perdedores, frente a 11 que obtuvieron representación. Puede consultarse en https://elpais.com/espana/elecciones/generales/congreso/. Entre los perdedores encontramos Asturias existe, la CUP o PACMA, que se presenta todos los años y siempre pierde pero trabajan para concienciar a la población en la protección animal, y algo logran aun fuera del Congreso. PACMA con sus 165.768 votos y aun no logrando ningún escaño tuvo más votantes que BNG que obtuvo un escaño y casi los mismos que CCA y UPN juntos, que obtuvieron un escaño cada uno.
Se puede entender con un ejemplo de la lotería: si uno gana el gordo y otro solo 100 euros, ambos han ganado, el uno más que el otro, pero el que ha ganado el gordo no puede decir al que ganó solo 100 euros que ha perdido, porque no es verdad. Luego están los que no han ganado ni perdido, esto es, les reintegran el dinero gastado. Y luego está la mayoría, que sí han perdido.
Un mayor número de escaños tampoco significa tener una mayoría
El PP lo que sí puede decir que es ha obtenido un mayor número de escaños, pero esto no supone que tenga una «mayoría». Un mayor número de escaños sigue siendo una minoría si no llega a la mayoría absoluta. Podríamos decir que las elecciones como tales son la primera ronda. Luego en el Congreso, entre los diputados ganadores, que son todos los 350 que han obtenido escaño, se inicia una forma de segunda ronda, donde los diputados se agrupan entre sí para intentar que un candidato logre una mayoría absoluta, o en su defecto una mayoría simple (esto después de que los partidos hayan ido al rey y este haga una propuesta al Congreso sobre quién cree que puede obtener esa mayoría). Las matemáticas no son el fuerte de los partidos políticos. En estos días el PP a través de su coordinador general Bendodo insiste en que el PP tiene tras de sí 11 millones de votantes, que es motivo suficiente para ir a la investidura según él, pero no explica por qué los más de 13 millones de votos restantes valen menos. Un programa infantil sueco dedicado a los niños en el mejor tiempo televisivo tenía el título «Cinco hormigas son más que cuatro elefantes». Así los niños suecos aprendieron que 13 millones son más que 11.
Desprecio democrático
Luego hay ciertos partidos que tienen un desprecio total al Congreso y lo que representa, y para quienes solo vale lo que ellos proponen. Es una anomalía democrática que lleva ya mucho tiempo. Yo me he preguntado muchas veces por qué están en el Congreso si no les interesa el trabajo del Congreso. Podían quedarse en casa, en su parlamento regional, y dejar a los demás trabajar democráticamente por el bien de todo el país.
¿Representación exclusiva?
Para colmo algunos se atribuyen la representación genuina y exclusiva de su región, cuando viendo el grado de representatividad incluso son una minoría en su propia región. Ahí tenemos Coalición Canaria, con un escaño para Canarias de los 15 posibles. Los otros 14 diputados canarios supongo que también representan a las islas, lo mismo uno por uno, pero más incluso juntos. Los partidos catalanes que se consideran independentistas han obtenido 14 escaños juntos, cuando el número de escaños para la región son 48. Esto es, 34 diputados catalanes no apoyan las ideas de los separatistas, que en el Congreso son una minoría incluso dentro de su región. El País Vasco tiene dos partidos nacionalistas que juntos han obtenido 11 escaños, pero aún hay 7 escaños para otros partidos. Así que, aun teniendo una mayoría de escaños de la región, la otra parte también es representativa de la sociedad vasca. El PNV y Bildu no tienen la exclusividad de hablar por los vascos. Esto lo obviamos cuando en referencia al Congreso se habla del grupo catalán o del grupo vasco. Deberíamos hablar de «un grupo», no «el grupo», lingüísticamente son dos cosas muy distintas.
Miguel Benito
miguel.benito@taranco.eu