Archivo por meses: noviembre 2016

El arte de complicar

A veces se sorprende uno al ver la complejidad innecesaria de un comunicado. Ante un corte de luz una empresa bien conocida escribe una nota a la puerta del edificio con este texto:

«corte de luz de 13/11/2016 04:00 a 13/11/2016 04:30 horas y de 13/11/2016 10:00 a 13/11/2016 10:30 horas»

que se podía escribir mejor:

«corte de luz el domingo 13 de noviembre de 04:00 a 04:30 y de 10:00 a 10:30 horas»

Radio Nacional

Y qué decir decir de Alfredo Menéndez, director del programa las mañanas de RNE, que día tras día, semana tras semana, a eso de las 8:05 repite a toda velocidad

«y mientras otros opinan nosotros contamos noticias»

¿Hay una frase más vacía, sobre todo sabiendo que pasados 25 minutos él mismo se dedica a opinar?

Numeración de espera o de autobuses

En un hospital valenciano se ha instalado un sistema de cola algo especial. Al llegar a la entrada hay varios «kioskos» (así se llaman) donde introduciendo la tarjeta SIP el visitante recibe un número X3Z, B7H, F4L o algo parecido, sin ninguna referencia a los números que los siguientes visitantes puedan recibir, aunque sea para ir al mismo doctor. Esto hace que cada vez que suena un timbre anunciando un nuevo número todos tienen que mirar si es el suyo. Y como las combinaciones letras mayúsculas y número intermedio son difíciles de memorizar tienen que mirar el papelito con bastante frecuencia hasta que sale el suyo. Luego en el monitor aparece el número de la papeleta y la sala de la visita, esta con la letra C y un número, C4, C21, cuando sería suficiente escribir 4, 21, etc. En todos los pisos del hospital las salas de consulta son C, así que si uno está en un piso diferente a donde se llevará la consulta puede quedar bastante confuso.

Esto de añadir información superflua se ve en muchos otros casos. En una ciudad alicantina hay dos lineas de autobuses. La una se llama L1 y la otra L2. ¿Por qué no poner 1, resp. 2, sin más? La L además de estar de sobra dificulta la lectura al ver pasar el autobús.

Presupuestos detallados al último céntimo

Otro ejemplo de cómo nos gusta complicar las cosas es la notificación de presupuestos para una obra pública. Primero que nada, un cartel a veces más grande que la obra a realizar. Luego la suma asignada al proyecto: puede ser de 494.538,88 (en Calpe) o de 2.971.432,52 (en Gandía). ¿No sería más fácil escribir 494.500 euros y 2.970.000 euros, o 3 millones sin más? ¿Qué importancia tienen los 38,88 euros o los 52 céntimos de euros para que tengan que mencionarse?

Bona tarda, buenas tardes

En los últimos tiempos se está haciendo frecuente en los medios televisivos en español el saludo «bona tarda, buenas tardes» si el entrevistado es catalán. Mi opinión es que si se dice por cortesía «bona tarda» esto sería suficiente. Al repetirlo en castellano deja de ser cortesía, no es más que un aumento de palabras inútiles. Lo lógico es que el aludido respondiera «buenas tardes» y así devolver la cortesía mostrada. Pero no, él también repite «bona tarda, buenas tardes». Es muy cansino.

miguel.benito@taranco.eu