En estos días se habla de pagas extras, sobre todo en relación a la que los pensionistas reciben en julio y diciembre, y para las que el PP parece no tener la previsión necesaria, y acude al fondo de reserva de las pensiones pensados para otras situaciones.
Mirando el fondo de la cuestión vemos que los trabajadores reciben una paga mensual, o en algunos casos cada dos semanas, por el trabajo realizado. Pero no reciben todo el sueldo ganado. Parte del salario es retenido por el empresario para abonarlo en julio o en diciembre. Y la pregunta es ¿por qué?
En una charla que daba un alto dirigente sindical pregunté por qué los trabajadores querían tener una paga extra, en vez de cobrar su sueldo periódicamente sin retenciones por la patronal. La respuesta que recibí es que si se preguntara en una encuesta la mayoría optaría por que el patrono les retuviera el dinero ganado y se lo diera «en diferido». Esto es, preferimos creernos que el patrono nos regala dinero.
La paga extra sí fue algo «extra» la primera vez que se hizo, allá por 1947, por el ministro franquista del Trabajo José Antonio Girón. La segunda vez quizás también. Pero luego ya era parte del salario y dejó de ser extra para convertirse en salario retenido y pagado en diferido.
Me pregunto los problemas administrativos que conlleva esta retención de una parte del salario durante cinco meses. Muchos dejan el trabajo, se mudan, mueren, y seguro que esas retenciones dejan de abonarse a quien corresponde. Sabiendo la morosidad con la que se cobran ciertas cosas no me sorprendería que sea un negocio para el patrono, aparte de la liquidez engañosa que supone tener dinero en caja, si es que el patrono al menos es prevenido y no se deja sorprender.
Viendo como se tratan ahora las pensiones parece que ciertamente está instalado en la sociedad el sentido de que es algo extra y por ello ni siquiera está en el presupuesto de las pensiones y por ello se acude al fondo de reserva de las pensiones, que a este paso se vaciará como más tardar en 2017. Si los pensionistas, y todos los trabajadores, cobraran su sueldo mensual íntegro, sin recortes, no se podría hablar de extra, salvo que realmente lo fuera.
Personalmente no tendría nada en contra de que quien todavía quiera sorprenderse con una paga extra me enviara lo correspondiente a la retención hecha por el patrono y yo lo colocaría en un fondo de donde pagarles, por sorpresa, cada seis meses. Esto es, más o menos, lo que parece que una mayoría quiere. Aunque quizás más bien sea por ignorancia, dejadez, o conformidad con un orden establecido que favorece al pagador, no al cobrador.
¡Y así va España!
Miguel.benito@taranco.eu